La UNESCO ha puesto el foco en la inteligencia artificial (IA) como el eje central del Día Internacional de la Educación este 24 de enero. Esta tecnología está transformando rápidamente cómo enseñamos, aprendemos, y como directores de una escuela la forma de administrarla.
Por un lado, la IA ofrece herramientas poderosas para personalizar la educación, automatizar tareas y mejorar la evaluación. Sin embargo, su uso indiscriminado puede generar brechas digitales y plantear dilemas éticos.
Como directores, debemos encontrar un equilibrio. La IA puede ser una aliada si la utilizamos de manera responsable y pedagógicamente sólida. Es fundamental que:
- Formemos a nuestros docentes: Necesitan las herramientas y el conocimiento para integrar la IA en sus clases de forma segura y efectiva.
- Establezcamos normas claras: Debemos definir cómo y cuándo se puede utilizar la IA en nuestra institución, teniendo en cuenta la edad de nuestros estudiantes y las posibles consecuencias.
- Protejamos la privacidad: La IA maneja grandes cantidades de datos. Es esencial garantizar que se utilicen de manera responsable y que se respeten los derechos de nuestros estudiantes.
La UNESCO nos proporciona guías y marcos para navegar este nuevo territorio. Como directores, tenemos la responsabilidad de aprovechar el potencial de la IA al tiempo que mitigamos sus riesgos.
La IA ofrece grandes oportunidades para la educación siempre que su implantación en la escuela se guíe por principios éticos claros. Para revelar todo su potencial, esta tecnología debe complementar, y no reemplazar, las dimensiones humanas y sociales del aprendizaje. Debe ser una herramienta al servicio de profesores y estudiantes para proporcionarles autonomía y bienestar.
Audrey Azoulay
Directora General de la UNESCO
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